Si realmente anhelamos disciplinar a nuestros hijos sin abusar de ellos
debemos seguir las indicaciones del Creador de la familia. Para abusar
de nuestros hijos solo debemos seguir los modelo erróneos aprendidos o
insultar, maltratar, ignorar o golpear. Pero para disciplinarlos con
sabiduría debemos tener un sistema justo, consistente, claro y basado en
la justicia y el amor del Dios amoros y recto que nos creó. Cometen un
serio error los padres que no se han puesto de acuerdo ni han
establecido un justo sistema disciplinario.
Cuando los padres
intentan disciplinar siguiendo sus instintos o los modelos de sus
hogares de crianza sin evaluarlos con fundamento bíblico, no tienen un
sistema elaborado y la ausencia del sistema es el peor de los sistemas.
David Hormachea
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